domingo, 30 de diciembre de 2007

Héroes de trapo, cárceles de algodón.

Permanecer en una "cárcel civil" implica un "tratamiento indigno, degradante, persecutorio y carente de justificación histórica, humana, jurídica y constitucional".
Estoy totalmente de acuerdo, sobre todo si en esa cárcel están alojados Astiz, Pernías, Acosta y otros valientes representantes de una época de nuestra Armada.
Es ciertamente "indigno" y "degradante" para cualquier delincuente común (sea ladrón o asesino) compartir la cárcel con imputados por crímenes de lesa humanidad.
La sola presencia del héroe de las Georgias (ese que se entregó sin disparar un sólo tiro, pero no dudó, según cuentan las malas lenguas, en participar en secuestros y torturas , cuando de monjas y otras mujeres indefensas se trataba) debe producirle náuseas al más templado.
No hay justificación para este tipo de "persecución". No basta con que estén presos? Es necesario que los pongan con esos chacales?
La misma historia nos dice que hay diferencias. Desde los juicios de Nüremberg para acá, hay diferencias. "Históricamente" no se justifica y no se justifica desde lo "humano" semejante tratamiento.
Por eso estoy de acuerdo en buscar alternativas: sea en Río Santiago o en donde estaba la Escuela Naval Militar. Donde sea que los presos comunes puedan ser alojados en mejores condiciones, sobre todo lejos de los (según dicen esas mismas malas lenguas) genocidas.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Gobernar con las iglesias

Escribo desde una provincia en la que el gobernador que acaba de asumir triunfó por alrededor del 9% sobre su segundo y cuyo tercero (radical como el segundo), de haber acordado algo más que la lucha por la nada, podría haber permitido algo así como un empate en la decisión popular.
Bien, luego de las elecciones se han dado a conocer noticias sobre disminución de la pobreza y de la mortalidad infantil y materna (obviamente resultado de la gestión que se está yendo perdida y perdidosamente) que, si bien no hace pensar en fuertes diferencias en lo que al resultado de las elecciones se dieron, sí da una idea de a qué juegan los medios de incomunicación.

Por otro lado, el nuevo gobernador ha anunciado que “gobernará con las iglesias”. Esto que tiene su tufillo a edad media, no aclara de por sí si esto significa gobernar para el pueblo o para las iglesias. Y cuando uno dice para las iglesias, dice para las cúpulas de las iglesias (más allá o más acá de pederastas y torturadores encubiertos por estas cúpulas).
En Mendoza hay 70 cultos oficiales. Gobernará para y con los 70 cultos? Tal vez, honestamente tenga intención de incorporar a su gestión a Ile de Nana Reino de Pomba Yira o a La Voz en el Desierto del Nombre del Señor Jesucristo. No lo sabemos.
Me pregunto: En el camino no se olvidará de la gente, que, aún diciéndose perteneciente a algún culto en particular, podría estar lejos de las formas y costumbres rituales?
Rascando un poco, tal vez descubramos que los que profesan son muchos menos de los que dicen profesar. Y más allá de esto, unos y otros serán los que pedestremente irán a algún hospital en busca de profilácticos o consejos para evitar embarazos no deseados y se encontrarán, probablemente, con estampitas.
Quién dice que en este caso no convenga gobernar con el Gauchito Gil o la Difunta Correa, seguramente más cerca del pueblo que las cúpulas eclesiásticas.
Finalmente, como dato a verificar a fines del próximo año: gobernando con las iglesias, disminuirá la tasa de mortalidad infantil y materna? Disminuirá la muerte por abortos clandestinos? Cómo saberlo cuando las influencias religiosas han alcanzado en algunos momentos destellos de perversión al asegurar (por ejemplo en volantes del departamento de General Alvear, donde pareciera que ya gobernaban con la iglesia desde antes de este nuevo gobernador) que el profiláctico no es barrera contra el sida, o (en más de una publicación webeana) que los datos de mortalidad materna se manipulan para justificar el aborto.
Desde Mendoza, amén.