En un
comunicado, el episcopado dice: "no todo lo que es técnicamente posible y
deseado en el manejo de la vida es necesariamente ético y respeta su dignidad”.
Entiendo que la ética a la que se refiere es la
definida por el mismo episcopado, con lo que el documento estaría viciado de
parcialidad.
De todas maneras, para tenerlo como referencia de
lo que quiere decir, sería más que deseable que el mismo episcopado nos aclare
cuál es esa ética.
Por ejemplo: Incluye esta ética a las acciones
llevadas a cabo por curas pederastas? Tal vez a la falta de acción de la
iglesia de Pío XII durante la segunda guerra, desentendiéndose del holocausto? Se
referirá en algún apartado a la bendición de armas y de asesinos durante la
dictadura militar? Dirá algo sobre la recomendación de Nazinger, en África, de
no usar preservativos (“el uso de preservativos aumenta el problema del SIDA”)?
Tendrá en cuenta el obrar de la misma iglesia ante la teología de la liberación
(es decir, será ético el apoyar a los gobiernos y a los sistemas capitalistas, oponiéndose
a quienes consideran y defienden las posiciones del pueblo abusado por esos
gobiernos y esos sistemas)?
También habla del respeto a la “dignidad”, y quisiera
saber si lo antedicho, entre otras cosas, es reflejo de lo que entienden por
tal respeto.
En otro párrafo
habla de "la
valoración de la familia fundada sobre el matrimonio, como relación estable del
varón y la mujer”, con lo que entiendo que no es familia cuando la relación
estable es entre dos personas del mismo sexo, o deja de serlo cuando uno de los
cónyuges muere o cuando se separan o divorcian.
En referencia a la
valoración, no me queda claro cómo es respecto de las familias separadas,
diezmadas, con hijos desaparecidos, con padres desaparecidos, durante el
proceso. No tengo el recuerdo de la iglesia como fuerte buscador de verdades y
justicia en lo referente a este capítulo de nuestra historia.
Pareciera ser que en la
idea de familia que tiene esta institución sobrevuela una apreciación
parcializada en referencia a lo que la realidad nos muestra.
En definitiva, una iglesia que quedó en los
viejos dogmas y cayó y cae en fuertes contradicciones, mal puede opinar con
pretensión de autoridad sobre temas que hacen al común de la gente, a toda la
población, y menos, olvidándose que ese pueblo (como ser histórico) es el que
sufre torturas, vejámenes, violaciones, privaciones, es el que trabaja, el que hace
mover, cada día, ese mundo del que unos pocos, entre ellos los gobiernos, los
sistemas y las iglesias, se aprovechan.