viernes, 9 de septiembre de 2011

Soy incoherente

Y como soy incoherente no estoy a favor de todo lo que hacen y dicen los oficialismos, así como tampoco estoy a favor de todo lo que hacen y dicen las oposiciones.

También soy inocente.
Y mi inocencia me hace creer que los ciudadanos a veces votan por lo que sienten que es lo mejor. Esa misma inocencia me lleva a pensar que tal vez estén equivocados quienes dicen que el pueblo está desorientado porque no los vota a ellos, pero está en lo cierto cuando sí los vota.

También mi inocencia instala ciertas paradojas en mis noches de soledad intelectual. Pongamos un ejemplo que puede darse: la ciudadanía de una provincia vota como presidente al candidato oficial y como gobernador al candidato de una de las oposiciones. La ciudadanía, se desorientó o no?

A veces llego hasta dudar de mi incoherencia y de mi inocencia, pero basta con escuchar algunas voces preclaras para darme cuenta que sólo es una duda sin fundamento.
Escucho a oficialistas pedir credibilidad cuando los índices que bajan desde el INDEC no son confiables.
Veo que fluyen los subsidios… y yo que pensaba que el trabajo dignificaba.
Escucho a candidatos opositores decir que es importante asegurarse mayoría en el congreso. Claro que sí. Estoy de acuerdo… pero cómo? No la tenían ya?
Otros dicen que no van a apoyar el proyecto de tierras porque es una propuesta del oficialismo. Ah… y yo que en mi inocencia pensaba que la política trataba, entre otras cosas, de buscar el bien común, y en ello iba la discusión seria de proyectos.

Debo reconocer que yo creía que no era coherente dudar entre ir con un candidato de centro izquierda y otro de derecha, también pensaba que un político con pasado incendiario e historias de una zapatilla ahora y otra después no tendría que tener autoridad para hablar de prebendas, hasta llegué a pensar que un candidato a gobernador no debería ir apoyando a tres o cuatro candidatos presidenciales distintos.
He llegado a creer que era incoherente hacer aquello que se critica en el otro.

Como mi inocencia no tiene límites, he decidido cortar boleta, y estoy dispuesto a dejarlo por escrito y firmarlo si es que algún candidato quiere tener la certeza de mi decisión… pero claro, temo que esto no les sirva. Como ellos están acostumbrados a ser coherentes, dudo que crean en mi palabra.