En el artículo “Política, militancia”, decía, en unos
párrafos:
“- Los radicales deberían hacerse
cargo, entre otras cosas, de las matanzas que tuvieron lugar durante la semana
trágica y en la Patagonia.
- Los Peronistas-Justicialistas
deberían bajar la cabeza y pedir perdón, entre otras cosas, por las cárceles,
torturas, persecución y por las deformaciones introducidas a través de la
educación.
Todos debieran hacer un “mea culpa”
por los negociados con que salpicaron sus gestiones.
Quién puede tirar la primera piedra?
Alfonsín, con su “felices pascuas” y
leyes del olvido?
Menem, con su traición neoliberal y su
amnistía?
De La Rúa, con su conservaliberalismo
y su matanza de despedida?
Kirchner con su manipulación de los
números y manejos patoteriles?”
Bien, resulta que alguien tira la
primera piedra, entonces del otro lado tiran la segunda… y así…
Pero no son piedras, son afiches.
Y a la Juventud Radical no se le
ocurre mejor cosa que tirar un afiche sobre derechos humanos.
"Avalo
lo que hace la Juventud Radical, más allá de que provocó un debate, (porque)
voy a fondo", afirmó Sanz, según señala un comunicado emitido por el
Comité-Nacional.
El senador nacional sostuvo además que en el controvertido afiche, que fue cuestionado por dirigentes radicales como Leopoldo Moreau, Ricardo Alfonsín y Leandro Santoro, de la agrupación Los Irrompibles, plantea "el doble discurso del gobierno en materia de derechos humanos y la UCR siempre lo sostuvo".
El senador nacional sostuvo además que en el controvertido afiche, que fue cuestionado por dirigentes radicales como Leopoldo Moreau, Ricardo Alfonsín y Leandro Santoro, de la agrupación Los Irrompibles, plantea "el doble discurso del gobierno en materia de derechos humanos y la UCR siempre lo sostuvo".
Entonces La Cámpora sale
con los botines de punta y les manda unos cuantos afiches.
Muchachos… Shhh… mejor el
silencio…
De los dos lados…
Todos tienen la conciencia
sucia, si es que no niegan tal visión para vivir creyéndose los “más” mejores.
Estamos hablando de
política, no de fútbol. Esos letreritos van bien en el fútbol, en política se
piensa, “se debiera pensar”, de otra manera.
Porqué no comienzan
haciendo el ejercicio de enviarse a sí mismos letreritos recordándose sus
propios errores, a modo de ayuda memoria?
Esto podría servir para
pensarse cada uno en sus roles. Qué hice, qué hicimos de bueno y de malo?
No es valioso refregar por
el rostro opositor lo que uno hizo de bueno si no se reconoce, íntimamente, lo
que se hizo de malo.
Luego se le puede
preguntar al otro qué hizo de bueno y de malo.
Pero siempre entendiendo
que esto es política, no fútbol, no un juego de pandillas callejeras sin
cerebro ni horizonte.