Pervertir: Viciar con malas doctrinas o
ejemplos las costumbres, la fe, etc.
A partir del comportamiento de los políticos
podemos inferir de qué se trata la política real, no la que “debiera ser”.
Diariamente, y más frecuentemente en época de
elecciones, suelen mostrar sus miserias aún creyendo que lo que dejan al
desnudo son las miserias del contrincante.
No sé si podemos usar la acepción de pervertir
que dice “Viciar con malas
doctrinas o ejemplos las costumbres” para describir las acciones de los
políticos.
Aclarando: el pueblo elije quién será gobierno
y quién oposición. A partir de ahí, la oposición comienza su lucha por
conseguir ser gobierno en la siguiente elección. Hasta ahí no veo mayores complicaciones, pero sucede que gran parte de
la lucha pasa por oponerse a todo lo que proponga el gobierno, más allá de
estar o no de acuerdo, y el gobierno actúa de la misma manera. Es decir: nada
bueno hace el gobierno según la oposición, nada bueno hace la oposición según
el gobierno.
Esto es perverso? No, en principio. Podría
decirse que es una especie de vicio.
Lo que sí es perverso pasa por los deseos de
unos y otros.
La oposición desea ansiosamente que al gobierno
le vaya mal porque es uno de los caminos más seguros y con menos compromiso de
su parte para llegar al poder en la siguiente elección.
Lo mismo desea el gobierno para mantenerse en
el poder.
Y esto, que se ha hecho costumbre, es perverso
porque ese mal que se desean gobierno y oposición no significa ni más ni menos
que el que nos vaya mal a todos, como ciudadanos y como país.
Pero es perverso según la acepción de “viciar
la fe” del pueblo que vota, trabaja, pone el hombro, paga sus impuestos y sólo
desea el bien de cada uno, el bien general, el bien del país.
Lamentablemente no es perversión de las
costumbres porque esta perversión se ha vuelto costumbre dejando de ser
perversión.
Así, podemos adivinar la sonrisa detrás de la
máscara de preocupación cuando se inunda media provincia de Buenos Aires o cuando
se inundaba media ciudad de Buenos Aires o cuando se queman urnas o muere algún
militante o el juez buitre hace el juego de los fondos o se incendia un boliche
o un taller clandestino o sube el dólar o hay paros o protestas o sube el nivel
de pobreza.
Sí, nuestros políticos, esos que hemos sabido conseguir, desean que nos vaya mal para llegar al poder… y en este juego perverso
estamos…