miércoles, 26 de agosto de 2015

Política y perversión


Pervertir: Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, etc.

A partir del comportamiento de los políticos podemos inferir de qué se trata la política real, no la que “debiera ser”.
Diariamente, y más frecuentemente en época de elecciones, suelen mostrar sus miserias aún creyendo que lo que dejan al desnudo son las miserias del contrincante.

No sé si podemos usar la acepción de pervertir que dice “Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres” para describir las acciones de los políticos.
Aclarando: el pueblo elije quién será gobierno y quién oposición. A partir de ahí, la oposición comienza su lucha por conseguir ser gobierno en la siguiente elección. Hasta ahí no veo mayores  complicaciones, pero sucede que gran parte de la lucha pasa por oponerse a todo lo que proponga el gobierno, más allá de estar o no de acuerdo, y el gobierno actúa de la misma manera. Es decir: nada bueno hace el gobierno según la oposición, nada bueno hace la oposición según el gobierno.
Esto es perverso? No, en principio. Podría decirse que es una especie de vicio.
Lo que sí es perverso pasa por los deseos de unos y otros.
La oposición desea ansiosamente que al gobierno le vaya mal porque es uno de los caminos más seguros y con menos compromiso de su parte para llegar al poder en la siguiente elección.
Lo mismo desea el gobierno para mantenerse en el poder.
Y esto, que se ha hecho costumbre, es perverso porque ese mal que se desean gobierno y oposición no significa ni más ni menos que el que nos vaya mal a todos, como ciudadanos y como país.
Pero es perverso según la acepción de “viciar la fe” del pueblo que vota, trabaja, pone el hombro, paga sus impuestos y sólo desea el bien de cada uno, el bien general, el bien del país.
Lamentablemente no es perversión de las costumbres porque esta perversión se ha vuelto costumbre dejando de ser perversión.

Así, podemos adivinar la sonrisa detrás de la máscara de preocupación cuando se inunda media provincia de Buenos Aires o cuando se inundaba media ciudad de Buenos Aires o cuando se queman urnas o muere algún militante o el juez buitre hace el juego de los fondos o se incendia un boliche o un taller clandestino o sube el dólar o hay paros o protestas o sube el nivel de pobreza.
Sí, nuestros políticos, esos que hemos sabido conseguir, desean que nos vaya mal para llegar al poder… y en este juego perverso estamos…