No demos más vueltas.
Sabemos en qué termina todo esto.
Comienzan negando la existencia histórica de Adán y Eva, de la manzana y la serpiente, y terminan pretendiendo que ni siquiera María era virgen.
De ahí a destruir nuestro modo de vida occidental y cristiano, basado en la fe, en el amor al prójimo, en la bondad, en la comunión con todos los seres y el medio ambiente, entro otras muchas hermosas intenciones, hay un solo paso.
A la hoguera, pues, con el blasfemo, con el que dice lo que piensa y dice lo que le dijeron y seguramente (entre líneas) le impusieron no debía trascender al vulgo.
Debemos aceptar que esta iglesia o secta (según cómo se lo mire) oscurantista, que niega al pueblo al que dice pertenecer, conocimientos, o discusiones al menos, que se tratan desde el comienzo de la historia, siga manteniendo este tipo de actitudes retrógradas?
Sin irnos más lejos, ya en siglo XII, Averroes (filósofo árabe, musulmán) decía que la conciliación de la filosofía con el dogma pasaba por entender que la primera es sólo para los que quieren y pueden comprender las argumentaciones racionales, mientras que la religión es la manera de bajar esos conocimientos a las gentes comunes. Maimónides (filósofo judío), en el mismo siglo y misma ciudad (Córdoba), se planteaba similares cuestiones, entendiendo que hay concordancia entre filosofía y fe, intelecto y experiencia sensible, y que de no haberla, habría que ver si lo que dicen las escrituras debe ser interpretado literal o figuradamente.
En las distintas religiones ha habido seres (Zoroastro, Buda, Moisés, Jesús, Mahoma) que, probablemente, en algún momento tuvieron experiencias profundamente reveladoras, desde lo espiritual y desde lo intelectual. Cómo transmitir esas vivencias a quienes no la vivieron, si no a través de relatos que facilitaran su comprensión?
Si mis impuestos deben tener algún destino religioso, quisiera que fueran al Señor Cura Ariel Álvarez Valdés y no a las estructuras que defienden genocidas y pervertidores de menores mientras sancionan a quienes se deciden a hablarle a la gente con la altura que se merece.
Amén.
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